viernes, 14 de agosto de 2009

David con la cabeza de Goliat

Matar al gigante siendo un peaton,
la mision divina de no respetar la cebra,
de cruzar en rojo con una piedra de corazón
para arrojarla a la vidriera y romper
mucho más que la frente de un blasfemo,
y volver con la cabeza en la mano
y con la espada goteando silencios
para verse en los ojos de otros
que callan el milagro por los codos
y festejan la nada de frente al espejo.

El futuro rey de sus sombras,
con la pelusa de su ombligo,
arrodilló al más temible enemigo.
Será hora de probarse coronas
y de rezarle a tu boca
el perdón de arrojar mi piedra/corazón
para hacer caer al maniquí
que vestía un pantalón de vestir
y no tenía la almohada marcada
ni culpa por sus estrofas tachadas.

Mi condena es ser David y ser Goliat
y mecer en mi saliva agridulce
la lengua en posicion fetal,
y besarle los pies de barro
a mis castillos de naipes subtitulados.
Vete con mi nombre y mi sombra
a desleer mi ultimo parlamento,
no quites mi espada de la roca
ni te mires en el reflejo del río,
tu frente sangra y yo no he sido...


1 comentario:

PabloDG dijo...

Totalmente inspirado en el cuadro y en la mimetizacion con su vida, este texto es anecdotico sin duda... Como habia utilizado ya antes en el blog "La muerte de Marat" y me gustó, volví al realismo con estudio previo y aprendizajes nuevos... Me gusta el hecho de cultivarme gracias a este espacio, es la idea...
Imperfecto y espontaneo, como debe ser un poema y como son las vidas en sí... Por ahí leí la palabra "urgente"... urge, en este caso, estudiar la vida de este personaje (apellido ilustre sin ser apellido)
solamente en un detalle: la cabeza de Goliat es la de Mr Caravanggio... me gusta la idea de ser el gigante vencido y el confuso vencedor debilucho...