miércoles, 8 de abril de 2009

Eclipses, condenas y huracanes

Tu reloj suizo adelanta los finales
y los puñales se apuran por cumplirlo.
Autopsia de destino hacen los ángeles
y ven tus huellas y las mías por todas partes.

Desnudos y humillados, merecemos la pena
de ser fusilados con las balas del tedio.
Un cielo enrejado nos cubrirá por siempre,
leños ardientes de la eterna hoguera.

Y luego seremos cenizas de pestañas
que ya no se asoman a ningún ojo.
Seremos engrudo que se mantiene erguido,
seremos nuestros besos barridos en grietas de piel dormida.

Y nadie se acordará jamás de aquella noche
en que el destino no custodió tus lunas de carne
y un huracán de lunares que duró dos horas
sin necesidad de abogados nos declaró culpables

foto de Gui Brigaudiot

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