martes, 21 de julio de 2009

Tu rol de cebra

Inventario de mis recuerdos sin fecha
peligrosos como garrafas abiertas,
el olor se nota y te ahoga
habrá que abrir la ventana un par de horas.

Un par de siglos en la niebla
y unos instantes apenas en tus ojos,
bóvedas celestes que me encierran
como copas de vino que me encuadran.

Las marcas de una frenada en mi lengua
estudian los psiquiatras media hora.
Hubo pasillos espejados y entrepiernas,
jaques tapados y peones de esos que coronan.

Quién sabe cómo entró el barco en la botella
si el mar apenas entra en mi mirada,
horizonte incluido y la sospecha
de que hay muchos cuerpos en el fondo.

Soplo el té y mi mañana no sé enfría,
cae el rocío sobre el hormigón de todos,
y titubeamos como brújulas dormidas...
Ya no tenemos norte ni fiebre de oro.

Un pozo de petróleo es mi ombligo,
mis labios son una cerradura forzada
y podría seguir contando secretos míos
pero sería como dejar caer mi espada.

Como leones marcamos el territorio del poema,
tan nuestro como los lunares y las uñas,
y asumirás por fin tu rol de cebra
y serás mi desayuno con resaca y medialunas

1 comentario:

PabloDG dijo...

lo que es estar aburrido en el trabajo... siete estrofas... y otras cuantas que quedaron fuera...