lunes, 10 de mayo de 2010

Águila no tan hermosa (Voayeur)

Águila hermosa pósate en mi ombligo, yo sé que puedes,
y deja de estrangular al cielo con tus alas,
no ves que no puede seguir tu viaje?
Tu equipaje son tus ojos
sin más doble fondo que el que encierra cualquier mirada...
Tu presa no son los peces de mi acuario,
que comen esa especie de papel picado que me venden,
ni tus plumas las que uso para acariciar al vientre subconsciente
hasta que en mis sueños logro hacerlo parte de un todo,
un todo sin más lenguaje
que el código de barras impreso en su paladar escondido
que solo puedo leer de maneras que prefiero no especificar en un poema...
Águila hermosa tú no fuiste en ninguna de tus vidas
cisne del pantano ni verso endecasílabo de nadie...
Tus huellas no están en el pasamanos del tren cuyo destino es mi carne
ni en tu agenda está escrito el café que me prometes cada mes,
pero igual te perdono sin más opción que esperarte
a la sombra del árbol de las raíces espejadas
donde se mira la tierra para reconocerse,
para saberse distinta y espesa,
distinta y espesa como todos...
Créeme que no es soplar y hacer botella
ni rimar lo que sea con clítoris o con caleidoscopios
ni besar con los labios de otros
los labios de la estatua de la plaza Antonio Machado.
Águila hermosa no creas que soy la segunda voz del ventrílocuo
ni la carne de madera del muñeco que apoya entre sus piernas.
Soy el que más veces dialogó con tu vello púbico inconsciente,
el que tomó los pétalos de tu flor desmoronada
y los hizo hablar solo para decir lo que callas.
Águila no tan hermosa, celosa de las palomas de mi balcón,
en la boca del volcán me miras,
como si fuera la naturaleza muerta que pintas en tu mente:
una botella de vino vacía, un racimo de uvas y un pañuelo.
Y yo te devuelvo la mirada, la sostengo,
como sostengo la voz cuando recito, casi temblando,
y mis párpados se transforman en los portones abiertos de una cárcel desierta,
pues todos los condenados que en mí habitan escaparon diciendo tu nombre,
y sus cadenas se hicieron llaves maestras
que usan para abrir los candados que tus lunares señalan.
Águila no tan águila, hecha de sombras y de naufragios,
quisiera ser el minotauro que buscas cada vez que tienes hambre,
hambre de híbridos, de dualidad, de esquizofrenia,
pero soy el que traduce el parlamento
de un actor de reparto en la función de tu almohada.
Bostezas y te duermes después de pensar en otro,
porque las águilas también duermen,
y te despiertas en mitad de la noche y fumas,
y esa luz encendida tantas veces miro desde enfrente
y rezo porque estés sola

1 comentario:

PabloDG dijo...

Antes que nada me gusta recordar que este es un espacio de poesía espontánea, casi sin correcciones, que por lo general posteo casi enseguida de escribir el último verso. Ademas siempre hay cosas, incluso diez años después, que tanto no nos convencen ni como lectores ni como escritores, pero en definitiva tener miedo a la imperfeccion es absurdo. Estos textos kilométricos (como los llamo yo) me dejan muchas dudas y no me siento tan cómodo como quisiera con estas repeticiones que estoy implementando pero es un experimento que me parece interesante...

Dicho esto prosigo... En este texto tambien me propuse bajar un poco las imagenes fuertes y solo dejé al bello púbico inconsciente para asustar a las señoras jajaja. La intención era ver qué quedaba en el fondo de la voz poética, o ni tanto, incluso mostrar que no soy solo un apasionado del GORE o un perseguidor del morbo colectivo... Los resultados están a la vista...

Y bueno para ilsutrar esta historia de águila, que no es águila, traigo esta obra fundamental de Remedios Varo, que sé es una artista que le gusta a algunas aguilas que vuelan en mi cielo... Cómo me agrada elegir imágenes para ilustrar poesías, creanme que ya hubiese abandonado el blog si no fuera porque lo aprovecho para citar a estos mounstros del arte...

A veces cuando digo que mi blog solo tiene poesías mías me miran raro, con sus ojos casi me exigen que ponga cosas ajenas... Se ve que nunca hicieron clic en los link que dejo...

Comprate un monte y perdete adentro