sábado, 22 de mayo de 2010

Todavía quedan astillas

Todavía quedan astillas de vidrio
de aquel plato que hice estallar contra la pared,
fideos fríos incluidos y tu última salsa caruso,
por esa llamada inoportuna.
Y a patadas y a escobazos logré hacer desistir a ese perro terco
de su única esperanza que era comerse mi comida.
Las mariposas del mundo seguirán volando
y los dragones disimulando que antes fueron serpientes
mientras sus pieles barro de debajo de mi cama
junto a un de blister vacío de aceprax
y a los dos mililitros de tu alma en mi sangre
apenas queda eso...
Me agarraría de tus huesos si fueran una escalera
pero están derramados en tu cuerpo
y no llevan a ningún sitio...
De laberintos estoy cansado,
avergonzado por nunca salir de mi infancia,
más que a portazos no he cerrado las puertas de esos ojos,
que fueron míos cuando yo fui hijo de padres de clase media
que se asombraban de mis altas notas en matemática.
Todavía quedan astillas de vidrio
de aquella copa de vino que me tiraste en la cara,
y todavía está manchada la alfombra
como si siguieran grabados los eclipses de destino
en las cartas de tarot que son más mudas
que todas las flores juntas.
Los girasoles que tienen por sol la luna
no dudan que sea una piedra fría
que gira porque sí, sin luz ni aroma,
devotos de un rey sin corona
me apuntan con sus ojos que son ballestas
y me hieren con sus flechas de carne/plastilina.
Mis lunares gritan que este mechón de pelo de Medusa
es un ejército de aguavivas del mar muerto
y que para qué molestarse en besar unos labios grises,
o majas vestidas, o majas desnudas,
si sé de sobra que por dentro están repletas de pirañas,
de llantos falsos de vírgenes que hace tiempo perdieron su virginidad
susurrando otro nombre,
sudando otros sudores...
Todavía quedan astillas de esa costilla de vidrio
que Dios me quitó y luego hizo añicos,
escultor que solo sabe trabajar con barro,
déjame lapidarme a mi mismo,
permíteme resurgir de las cenizas al tercer día...
No.
No quiero nada de vos ni de nadie,
solo quiero a mi sombra anclada en mi ombligo
y a mis latidos ahorcando al silencio que has dejado
al llevarte tu voz y el tic tac de tu reloj de pulsera

"Observatory Time, The Lovers" by Man Ray
www.manraytrust.com/

2 comentarios:

PabloDG dijo...

Poesía de desamor desde el título en adelante... Los primeros versos fueron escritos hace aproximadamente 10 días dejando este proyecto por un pseudosoneto que naufraga en la blogósfera con otros remos hacia otra orilla... Pero me quedó la espina de este texto que debía ser completado, entonces el sábado al mediodía mientras daba vuelta el asado me puse a completarlo sabiendo que esta fotografía de Man Ray lo ilustraría y que debía utilizar esa metáfora de costilla de vidrio que Dios hizo añicos... y lo terminé y aunque tanto no me encantó creo que tampoco le hace daño a nadie colgarlo en el blog...

Por cierto no puedo yo hablar mucho sobre Man Ray xq no lo conozco mucho pero hace tiempo que quiero hincarle el diente a este surrealista... y me falta una legión... pero bueno... uno muere siendo un total ignorante... pero ya habrá tiempo para ignorar menos cosas... A proposito creo que la página oficial está muy buena... hay muchisimo material...

hasta la proxx

Fabiola.estropus.dementis. dijo...

No se si esto fue escrito por nostalgia, pero leerlo ha dejado esa huella en mi nostalgia de recuerdos que no se si son sueños o cosas que creo reales...

Me alegra lo hayas publicado...