jueves, 20 de mayo de 2010

Plegaria de un nombre que se ahoga

El cielo es una mordaza levitando
y el sol un paracaidista ciego
que se tiró del avión de papel
que Caín le destrozó a Abel
sin saber que adentro había escrito una poesía.
Mis arrugas y las rayas del parquet
se suceden y se trazan siglos antes de tomarnos por sorpresa,
apresados en las jaulas de nuestra voz borrosa
y a esa vela que ilumina poco y nada
tambaleándose en ese candelabro suicida.
Estas pastillas abortivas no te borrarán ningún verso,
solo sílabas de un nombre que se ahoga
en el útero espejado y escrito con mi letra
que sale en mis pesadillas todos los martes y jueves.
No aprendí el código morse para no decirte con mis latidos
la falta que me haces...
Rima consonante de mi apellido que alguien tachó en mi espalda,
boca del florero de mis flores implantandas,
busco con mi boca tu pecho, pero ninguno de los dos existe...
Pestañas caídas de un dios que cierra los ojos
y sus párpados son cristos azotados que acabo de negar tres veces.
Donde está la melodía que tú no susurraste en mi oído
para que me durmiera en mi cuna?
No soy un cíclope que quiere volar y escupir de las alturas a las calles
donde los coches no le tocan bocina ni los trenes le pasan por encima.
Las mariposas sobrevuelan tu ombligo porque fueron gusanos
y yo hubiese querido partir desde tu vientre dejando mis pisadas
ensangrentadas con tu sangre y con la mía,
hasta tocar un timbre y pedir prestadas las llaves de una casa.
Los tímpanos de un lobo apenas me escucharon maldecirte
y desde entonces aúlla a la luna que es una esfera de consuelo,
pieza rota de una caja de música
de una divinidad huerfana que supo una vez mirarme a los ojos cuando fueron celestes.
Primohermano de Treplev y de su gaviota dibujada,
mi piel son las vendas de sus muñecas
y mi ángel de la guarda el prestador de aquellas plumas rotas.
La mugre de mis uñas es la chatarra que el fondo del mar esconde,
Titanic incluído y los anillos de los marineros sifilíticos de otro siglo.
Oro diesciocho quilates dice tu paladar seco,
seco de no nombrarme, de taparme con tierra antes de parirme...
Mordí la placenta de impotencia pero no tenía dientes
sentí como un temblor y me olvidé de odiarte...
Fueron 1,5 miligramos de un sicario,
sicario del día después le dicen, matafuegos de farmacia...
Sé la verdad y no me importa,
me hice amigo de Isaac una madrugada bebiendo tequila con sal
y hasta escribimos unas estrofas cadavericas y exquisitas,
rimas consonantes de un apellido que alguien tachó en mi espalda,
boca del florero de mis flores implantandas,
buscando con mi boca tu pecho, pero ninguno de los dos existe...

"Aktion Sorgenkind" by Gottfried Helnwein
http://hispano.helnwein.com/

1 comentario:

PabloDG dijo...

PLEGARIA (...) deberia no haber existido xq a esta altura deberia estar terminando un trabajo que ya tendria q tener pronto y adivinen qué... no lo hice...

Otro texto que se vuelve contra la maternidad y bastante psicoanalitico... lo deberia llevar a la terapia... Esta estética dura la inicié con intenciones de formar parte de un colectivo ya existente, para llamarme primohermano de Treplev (que bien podria haber sido un buen título La Herida del Primo de Treplev) Y ahora, encima, estoy violentando madres (que bien podrian llamarse Grace) así que como quién dice ya me siento dentro del circuito

No tengo mucho tiempo de desarrollar mucho pero quiero, como siempre, hablar del arte fotografico (en este caso) que acompaña al texto... Helnwein es mi favorito y lo conocí gracias al Daltonico Vidente y de 1001 imagenes de él mismo de Frida Kahlo o Chagall que me vinieron a la mente empecé a buscar algo que me atrajera especialmente... y en el archivo de Helnwein vi esto y me fascinó... PLEGARIA del PRIMO de TREPLEV

saludos