miércoles, 23 de junio de 2010

Los paracaidistas y el Titanic

Firulete de carne y hueso
beso que el cielo da sin mirar en el cuello del paisaje,
punta de esa lengua que todo lo toca en la cama,
tren bala cuyo destino es el ombligo de la tierra...
Eso eres
un instante hecho de piedra que cae mucho antes del horizonte,
nada hay escrito en el sobre,
eres no poesía,
sábana caída y pisoteada por las sombras,
ecos de ojos, no de miradas,
murmullo de serpientes hambrientas recostadas
en la espalda de la voz de los pueblos.
Mientras el petróleo se derrama en las peceras
tu caída se acentúa en los Edenes ficticios
y se produce la hemorragia interna de las flores
que se miran espantadas
y nos regalan su perfume último como un testamento mudo,
hecho de aire,
destinado a narices alfareras de consuelo y de agonía,
pobladas de sombras chinas made in Bolivia.
Cuántos pies de altura precisas para estar solo,
para dejar a los rascacielos absortos con una gota de semen,
estoy seguro que le temes al escudo del silencio que hay después del grito,
del grito porque sí
como tu función de número de dado.
Dadaista por los codos que rompen el caballete del viento,
muéstrame tu paladar espejado,
espejado y roto de tanto mostrar ese lenguado de lengua del demonio,
tesoro escondido en los pasillos del no diálogo.
Veo cárcel en tus cartas de tarot, veo cadenas,
y veo atados a los no sé cuántos caballos de fuerza,
bebiendo en el establo la saliva tragada de tu infancia
que son los restos de las olas del Atlántico,
cáncer callado del Titanic que se asoma a mi orilla sin mensaje,
sin decir el nombre del barco que está adentro de la botella ginebra.
Ironía sería que salieras en los noticieros
por suicidarte tirándote a las vías del subterráneo,
y que fueras por fin carne de cenizas en el cenicero
del brazo del sofá de alguien tan cualquiera como tú,
que saca la mano por la ventana para saber si llueve
y llevar o no el paraguas en su horizontal vida de seis letras.
Tu pestaña cae sin paracaídas de la cornisa de tus ojos
y tú sabes que en el fondo no todo lo que brilla es brillantina,
ni todo lo que ruge son leones
reyes derrotados de la selva del reproche
que por las noches sueñan que se tiran de cabeza sobre una cebra.
Estás preparándote desde el avión de papel para el gran salto
y te persignas como si Dios de veras existiese,
y por fin eres moneda arrojada desde el cenit de alguien.
Lázaro, levántate y muérete de una puta vez y para siempre...

"Le Golconde" by René Magritte
http://www.magritte.com/

1 comentario:

PabloDG dijo...

PARACAIDISTAS es el producto de imágenes añejadas, de buen gusto, de maduración literaria... Así me gusta escribir, dándome un tiempo... Creo que hay material para futuros textos trabajando de la misma forma... De hecho ayer empecé VENUS DEL ESPEJO que es un poema primohermano de LA MAGDALENA PENITENTE pero que por sobretodo será el producto de estudio de la pintura y de mis capacidades, de un nuevo repertorio de imágenes y del sarcasmo necesario a la hora de escribir... Así que estoy volviendo a disfrutar del proceso creativo y no solo pariendo a los textos... Y quiero compartirlo y festejarlo...

Por otro lado este texto nace del título, y cuando uno nace de un nombre no conoce rostros... yo no sabía pues cómo iba a poder ilustrarlo... Pero señores si este cuadro de Magritte que es uno de mis favoritos es un perfecto ensamble de texto + imagen, quizás el más perfecto de la historia del blog... Qué más decir... Magritte es un puto genio!!!

hasta la proxxx