domingo, 30 de mayo de 2010

Mi Chernóbil

Mi Chernóbil no fue portada de la prensa escrita.
Mi Chernóbil no lo nombra nadie, ni siquiera mis amigos.
Existo en el eco del silencio del instante posterior a la explosión,
silencio que es primohermano del silencio con el cuál terminan de terminar las orgías
y veo gente secándose con toallas y ratas lamiendo semen de nadie en los rincones...
Las puertas traseras de mis venas, que dan a mis muñecas,
están tapadas con ladrillos hace años.

No hay llave maestra que sirva para adentrarse en mis pasillos,
pasillos de volcanes en reposo,
con extinguidores vencidos en una fecha que prefiero no nombrar...
Tómate de los barrotes de mi prisión sin botones,
que no te llevan las maletas ni te miran la entrepierna,
si eres verso en la voz de los muertos
que en otro idioma hablaban con mi boca
y decían que mi lengua era una roca
donde las sílabas golpeaban como olas
que solas no son nada
pero juntas son las sábanas caídas de mi cama,
como cicatrices calladas de una estadía en el infierno
y en mitad del océano se hunde un busto de cobre
con mi cara y con tu nombre...
Mis dedos son la miga del pan
que acaba de romper la yema de tu huevo,
y mi espejo es el plato que se fue manchando
y que, cuando te fuiste, tuve que lavar
solo para dejar de verte en todos lados.
Los pétalos de una flor que habla en ruso se desprendieron de mi tallo
como las pestañas nos abandonarían si supieran gritar,
si creyeran que más allá de nuestros párpados hay un mundo...
Mi bosque de pinos rojos está poblado por pájaros ciegos
que cantan una melodía fúnebre a la hora del té,
y las raíces de los árboles se hablan en señas diciéndose que jamás seré feliz.
Sobrevivo como las campanas de las iglesias,
carne de voces escondidas en murmullos,
herrumbrado y con telarañas alrededor de mi ombligo,
pero respirando mi aire y exhalando ese llamado que no es escuchado
como si mis pulmones fueran la sala de espera de un psiquiatra mudo.
Verán en mi mesa una tijera abierta
que hace un siglo dejé para ver si por fin aparecía tu voz de nuevo,
pero al final de los puntos suspensivos no se le acordó tu apellido
ni supo distinguir tus huellas digitales de las del paracaidista cuadrapléjico
que descendió en el techo del hospital solo para darme una frazada
porque ya era mayo y hacía frío.
Vayan preparando un nuevo sarcófago para las futuras pieles desprendidas de serpientes
que habitan en la silla que cayó aquel día,
segundos antes que yo, que no cumplí con mi promesa de no oír los rugidos de mis lunares,
y me fui corriendo a los tuyos,
a descansar en los patios internos de las caricias de tus manos,
que quién sabe cuántos ya habrán recorrido y las extrañan,
y me envidian como caníbales hambrientos solo porque conservo el arte de reconstruirte

"La resurrección de Lázaro" by Caravaggio
http://caravaggio.com/

sábado, 22 de mayo de 2010

Todavía quedan astillas

Todavía quedan astillas de vidrio
de aquel plato que hice estallar contra la pared,
fideos fríos incluidos y tu última salsa caruso,
por esa llamada inoportuna.
Y a patadas y a escobazos logré hacer desistir a ese perro terco
de su única esperanza que era comerse mi comida.
Las mariposas del mundo seguirán volando
y los dragones disimulando que antes fueron serpientes
mientras sus pieles barro de debajo de mi cama
junto a un de blister vacío de aceprax
y a los dos mililitros de tu alma en mi sangre
apenas queda eso...
Me agarraría de tus huesos si fueran una escalera
pero están derramados en tu cuerpo
y no llevan a ningún sitio...
De laberintos estoy cansado,
avergonzado por nunca salir de mi infancia,
más que a portazos no he cerrado las puertas de esos ojos,
que fueron míos cuando yo fui hijo de padres de clase media
que se asombraban de mis altas notas en matemática.
Todavía quedan astillas de vidrio
de aquella copa de vino que me tiraste en la cara,
y todavía está manchada la alfombra
como si siguieran grabados los eclipses de destino
en las cartas de tarot que son más mudas
que todas las flores juntas.
Los girasoles que tienen por sol la luna
no dudan que sea una piedra fría
que gira porque sí, sin luz ni aroma,
devotos de un rey sin corona
me apuntan con sus ojos que son ballestas
y me hieren con sus flechas de carne/plastilina.
Mis lunares gritan que este mechón de pelo de Medusa
es un ejército de aguavivas del mar muerto
y que para qué molestarse en besar unos labios grises,
o majas vestidas, o majas desnudas,
si sé de sobra que por dentro están repletas de pirañas,
de llantos falsos de vírgenes que hace tiempo perdieron su virginidad
susurrando otro nombre,
sudando otros sudores...
Todavía quedan astillas de esa costilla de vidrio
que Dios me quitó y luego hizo añicos,
escultor que solo sabe trabajar con barro,
déjame lapidarme a mi mismo,
permíteme resurgir de las cenizas al tercer día...
No.
No quiero nada de vos ni de nadie,
solo quiero a mi sombra anclada en mi ombligo
y a mis latidos ahorcando al silencio que has dejado
al llevarte tu voz y el tic tac de tu reloj de pulsera

"Observatory Time, The Lovers" by Man Ray
www.manraytrust.com/

jueves, 20 de mayo de 2010

Plegaria de un nombre que se ahoga

El cielo es una mordaza levitando
y el sol un paracaidista ciego
que se tiró del avión de papel
que Caín le destrozó a Abel
sin saber que adentro había escrito una poesía.
Mis arrugas y las rayas del parquet
se suceden y se trazan siglos antes de tomarnos por sorpresa,
apresados en las jaulas de nuestra voz borrosa
y a esa vela que ilumina poco y nada
tambaleándose en ese candelabro suicida.
Estas pastillas abortivas no te borrarán ningún verso,
solo sílabas de un nombre que se ahoga
en el útero espejado y escrito con mi letra
que sale en mis pesadillas todos los martes y jueves.
No aprendí el código morse para no decirte con mis latidos
la falta que me haces...
Rima consonante de mi apellido que alguien tachó en mi espalda,
boca del florero de mis flores implantandas,
busco con mi boca tu pecho, pero ninguno de los dos existe...
Pestañas caídas de un dios que cierra los ojos
y sus párpados son cristos azotados que acabo de negar tres veces.
Donde está la melodía que tú no susurraste en mi oído
para que me durmiera en mi cuna?
No soy un cíclope que quiere volar y escupir de las alturas a las calles
donde los coches no le tocan bocina ni los trenes le pasan por encima.
Las mariposas sobrevuelan tu ombligo porque fueron gusanos
y yo hubiese querido partir desde tu vientre dejando mis pisadas
ensangrentadas con tu sangre y con la mía,
hasta tocar un timbre y pedir prestadas las llaves de una casa.
Los tímpanos de un lobo apenas me escucharon maldecirte
y desde entonces aúlla a la luna que es una esfera de consuelo,
pieza rota de una caja de música
de una divinidad huerfana que supo una vez mirarme a los ojos cuando fueron celestes.
Primohermano de Treplev y de su gaviota dibujada,
mi piel son las vendas de sus muñecas
y mi ángel de la guarda el prestador de aquellas plumas rotas.
La mugre de mis uñas es la chatarra que el fondo del mar esconde,
Titanic incluído y los anillos de los marineros sifilíticos de otro siglo.
Oro diesciocho quilates dice tu paladar seco,
seco de no nombrarme, de taparme con tierra antes de parirme...
Mordí la placenta de impotencia pero no tenía dientes
sentí como un temblor y me olvidé de odiarte...
Fueron 1,5 miligramos de un sicario,
sicario del día después le dicen, matafuegos de farmacia...
Sé la verdad y no me importa,
me hice amigo de Isaac una madrugada bebiendo tequila con sal
y hasta escribimos unas estrofas cadavericas y exquisitas,
rimas consonantes de un apellido que alguien tachó en mi espalda,
boca del florero de mis flores implantandas,
buscando con mi boca tu pecho, pero ninguno de los dos existe...

"Aktion Sorgenkind" by Gottfried Helnwein
http://hispano.helnwein.com/

jueves, 13 de mayo de 2010

Los taxidermistas y la luna

La vista panorámica de sus ventanales
y sus pasillos llenos de puertas de archivadores de destinos,
y pieles y ojos y pestañas de futuras esculturas,
esculturas de carne y yeso,
inmortalizando un gesto solo
que quizás una vez hizo alguien,
alguien que probablemente no fueron ellos...
Su lengua es un escalpelo
y sus versos cortes del cuero de los otros.
Cada sílaba sostiene la masacre de la garganta hasta quién sabe dónde...
Quienes son los maniquíes y quienes las bestias salvajes?
Para qué saberlo si no importa,
si te aturden las bocinas de los coches
y la luz de la luna cada madrugada.
Te despiertas y te bañas
mientras ellos en la azotea de tu casa
cuelgan tu piel de la cuerda
y tu voz de la nada.
Lo que queda llevan a la sal de su saliva,
y con la espuma del océano te ahogan,
te quitan hasta el eco de tus latidos...
Calculan el error del proceso sin nombrarte,
sin ni siquiera saber si algún día fuiste feliz dándole de comer a tus peces
o si quisiste agarrar a pedradas esa pecera de imposibles naufragios,
no te conocen, ni es ese su estilo...
Pero han estudiado psicología y anatomía,
y de antemano compraron un container repleto de estatuas de poliuretano
para desalojarte de tu carne
por atrasarte dos meses en el pago del alquiler pactado,
con ese dios que aparentemente inspira biblias o hace milagros...
Mírate en el espejo y verás un centro de mesa,
una canasta repleta de frutas de cera
y verás que las moscas no se acercan,
señal que no cabalgamos,
y que la cáscara y la pulpa a esta altura son la misma cosa.
Emparentados como las uñas cortadas de nuestros dedos,
de los dedos de cualquiera, las de nuestros antepasados,
nos hacemos naturaleza muerta,
o mejor dicho asesinada
por francotiradores que desde las vidrieras disparan,
y apuntan al corazón porque tienen la convicción de que es de plástico.
Una vez que nos retapizaron,
como si fuéramos los sillones del living de sus madres,
se sumergen en sus sueños de discípulos de Van Gogh
y nos devuelven los ojos, ahora hechos de vidrio,
confunden el realismo con sus detalles mientras se aplauden a si mismos,
y se saludan como hermanos de sangre diluída en las tinieblas de su ego,
como hacen los poetas aferrados a sus metáforas
tan descarnadas como la luna, que es una piedra de azufre
en el cielo contracturado que encierran en sus versos

"A Pair of Shoes" by Vincent Van Gogh
www.vangoghgallery.com/

lunes, 10 de mayo de 2010

Águila no tan hermosa (Voayeur)

Águila hermosa pósate en mi ombligo, yo sé que puedes,
y deja de estrangular al cielo con tus alas,
no ves que no puede seguir tu viaje?
Tu equipaje son tus ojos
sin más doble fondo que el que encierra cualquier mirada...
Tu presa no son los peces de mi acuario,
que comen esa especie de papel picado que me venden,
ni tus plumas las que uso para acariciar al vientre subconsciente
hasta que en mis sueños logro hacerlo parte de un todo,
un todo sin más lenguaje
que el código de barras impreso en su paladar escondido
que solo puedo leer de maneras que prefiero no especificar en un poema...
Águila hermosa tú no fuiste en ninguna de tus vidas
cisne del pantano ni verso endecasílabo de nadie...
Tus huellas no están en el pasamanos del tren cuyo destino es mi carne
ni en tu agenda está escrito el café que me prometes cada mes,
pero igual te perdono sin más opción que esperarte
a la sombra del árbol de las raíces espejadas
donde se mira la tierra para reconocerse,
para saberse distinta y espesa,
distinta y espesa como todos...
Créeme que no es soplar y hacer botella
ni rimar lo que sea con clítoris o con caleidoscopios
ni besar con los labios de otros
los labios de la estatua de la plaza Antonio Machado.
Águila hermosa no creas que soy la segunda voz del ventrílocuo
ni la carne de madera del muñeco que apoya entre sus piernas.
Soy el que más veces dialogó con tu vello púbico inconsciente,
el que tomó los pétalos de tu flor desmoronada
y los hizo hablar solo para decir lo que callas.
Águila no tan hermosa, celosa de las palomas de mi balcón,
en la boca del volcán me miras,
como si fuera la naturaleza muerta que pintas en tu mente:
una botella de vino vacía, un racimo de uvas y un pañuelo.
Y yo te devuelvo la mirada, la sostengo,
como sostengo la voz cuando recito, casi temblando,
y mis párpados se transforman en los portones abiertos de una cárcel desierta,
pues todos los condenados que en mí habitan escaparon diciendo tu nombre,
y sus cadenas se hicieron llaves maestras
que usan para abrir los candados que tus lunares señalan.
Águila no tan águila, hecha de sombras y de naufragios,
quisiera ser el minotauro que buscas cada vez que tienes hambre,
hambre de híbridos, de dualidad, de esquizofrenia,
pero soy el que traduce el parlamento
de un actor de reparto en la función de tu almohada.
Bostezas y te duermes después de pensar en otro,
porque las águilas también duermen,
y te despiertas en mitad de la noche y fumas,
y esa luz encendida tantas veces miro desde enfrente
y rezo porque estés sola

martes, 4 de mayo de 2010

El gato de Schrödinger lamiendose los genitales

Que nos devuelvan la leche materna, la quiero beber ahora,
sí, ahora que estoy mirándome en los charcos,
y entre las baldosas de la calle
se esconden miles de suelas disueltas de zapatos,
pisadas de carne envuelta en medias,
medias envueltas en zapatos...
Hoy que no soy el que pariste, madre,
toma mi rostro y dime que me quisiste,
que la placenta no se la dieron a los perros
solo para que se callaran...
Hoy que tiemblo y amo y pienso y sueño y me medico,
hoy que alguien en Noruega se cortó las uñas,
devuélveme la ropa que le diste a los mendigos,
que una vez esa ropa fue mía y tu la entregaste...
No pienses en sacar esas fotos de un bebé desnudo,
yo no precisé que me cambiaran los pañales,
o sí, o mucho no me importa...
Que me devuelvan el anillo que me quitaron cuando entré al quirófano,
aunque esté roto, esas dos mitades yo sé que me protegen,
me dicen que soy el sostén de algo bañado en oro,
mástil de una bandera a media asta...
Hoy que me visto para el funeral de un amigo y estreno camisa
me siento tan ajeno, tan en otro sitio...
Tú ya lo sabías y nada me dijiste, oráculo que me parió en silencio,
callando los secretos por los codos...
Y mis notas de la escuela siguen siendo altas,
y yo sigo siendo ese niño
que por destino no tenía ni desamores ni una estadía en Villa Carmen
enterrando con horas, como si fueran palas de tierra,
a los fantasmas, como si fueran cadáveres...
Que me devuelvan la hostia de mi primera comunión para escupirla,
para escupirla y pisarla hasta que no quede nada,
ni Cristo ni Dios ni demonios ni paraísos ni infiernos.
Perdón,
es que estoy un poco triste...
Estuve mirándome en los charcos y descubrí
que entre las baldosas de la calle
se esconden miles de suelas disueltas de zapatos,
pisadas de carne envueltas en medias,
medias envueltas en zapatos...
Y ese polvo apenas perceptible
respiras sin saber que inhalas tu camino de ida
y tu regreso a ninguna parte,
a la carne dubitativa llena de pedazos de un espejo roto.
Contra el paladar de mármol afirmo mi lengua de yeso
para que me salga una metáfora inspirada y solo me sale perderte...
Soy el gato de Schrödinger lamiéndose los genitales,
arañando la caja por dentro, maullando mientras todos duermen...
y tu la gata en celo de la cuadra
y al final de cada arco iris solo hay una cagada de perro

"Autorretrato en la frontera (...)" by Frida Kahlo
www.fkahlo.com/

lunes, 3 de mayo de 2010

Petróleo & saliva

Existir para anhelar otra existencia,
la percepción de lo ajeno con ojos, y hermoso, y palpable, y entero...
La percepción de lo propio, aislado como un trozo de carne sola,
un espantapájaros y un pararrayos entre alas y truenos...
Un florero revestido de piel con boca y sin labios,
sin arañazos, invertebrado y sin pestañas.
Pétalos y flores.
Recogimiento de las partes, insomnio, antidepresivos,
poesía de esa que sabe a carne, a la que está contra el hueso,
a carne humana, propia y ajena, perfumada...
Pienso en flores pero no para llevarlas al cementerio.
Semen.
Sí, también pienso en semen, del mío,
pienso en mis testículos arrinconados, en los de todos los hombres,
que miran a una mujer y la desean.
No pedí permiso para desearte ni hice cola en la ventanilla para seguir sintiéndolo.
En los escombros de la nube reconocí el cielo
y renové el pasaporte por los futuros paraguas rotos
en vendavales que se llevarán más de un árbol
y menos de lo que traga la bocacalle de la esquina de tu ombligo.
Existir anhelando otra existencia
y con los pulmones llenos de petróleo y saliva
es el castigo de ser esta ancla de sombras que se pierden
en sombras de callejones y de hospitales.
Como quien le quita los dientes de oro a la abuela muerta
recuerdo a mis mujeres que siempre fueron de nadie
y ahora serán del aire que respiran sin olvidar
mientras el segundero avanza y retrocede cada segundo hacia ese puto tres.
Y saltan las primeras cenizas volcánicas y mi lengua sabe a magma,
la tierra gime y los animales se van a poblar lo antes despoblado...
La lava llega hasta la orilla como un beso forzado
y se produce el mismo silencio incómodo.
Pero este beso no es una guerra de labios literales ni literarios,
ni la imitación de dos vaginas sordas que se rozan...
No.
Amar es existir anhelando que ni mi carne sea tan mía
ni tu almohada tan trinchera
y descubrir en tus lunares el código del candado de las puertas del espacio/tiempo
solo para seguir dudando si esa noche
te mordiste por no abrirme las rejas de tu Edén ficticio.
Algunos minutos que duraron un siglo y medio,
y el consuelo de tenerte arrinconada entre tu espada y el espejo,
son las migas de ese pan duro que supongo, a esta altura, será tu boca
cuando pronuncia mi nombre,
porque tu voz existe anhelando otra existencia,
ama, tiembla, se equivoca y mira a través de las sílabas y se ahoga...
Y vuelve y se siente sola en su reino
donde la mesa sigue marcada por los mismos vasos
y los vasos por los mismos labios
y los labios por otros casi iguales

"Leda Atómica" by Salvador Dalí
http://www.salvador-dali.org/